A partir de los 2 años, los pequeños empiezan a ser más autónomos, desprenden vitalidad y su capacidad de aprendizaje es sorprendente.
Por este motivo, el juguete educativo empieza a estar presente en su juego para convertir el aprendizaje en algo natural y divertido.
Los libros, los juguetes musicales y las primeras manualidades también resultarán actividades muy entretenidas.
El juego simbólico empieza a tener protagonismo, les gustará imaginar divertidas escenas para imitar personajes, profesiones o situaciones cotidianas.
No nos olvidemos que la motricidad seguirá siendo un aspecto importante, por eso, las construcciones, los puzzles, ensartables y las actividades de manipulación seguirán estando presentes en su juego.