El juego y la imaginación son dos conceptos estrechamente unidos. De hecho, no hay lugar para el proceso creativo si no hay en el niño una predisposición lúdica.
La imaginación es la capacidad de nuestra mente para representar imágenes, sonidos, personas... Pero estas representaciones no son sólo de experiencias y aprendizajes pasados sino que, además, pueden ser no reales o nunca vistas.
Jugar, por el hecho en sí mismo, debe ser sinónimo de imaginar. Hay que dejar que los niños jueguen de manera libre para que den rienda suelta a su imaginación.
Todos los niños nacen con una capacidad imaginativa innata, por eso, en el juego y los juguetes lo mejor es no poner límites e intentar que sea juego libre.
Juguetes de construcción, juegos de experimentación, de ciencia, de manualidades, linternas, cuentos, juguetes de estrategia, de juego simbólico... ayudarán a desarrollar la imaginación de los pequeños y muchísimos más, ya que la imaginación siempre es y será un ingrediente clave en el juego infantil.