Un papel en blanco, unas cuantas pinturas, algunas herramientas y ropa que se pueda manchar, no necesitamos nada más para convertirnos en pequeños y grandes artistas e inundarlo todo de color.
Un medio de expresión asequible, accesible e intuitivo, que permite a los más pequeños desarrollar un medio de comunicación, poner en marcha su creatividad y sentido artístico y disfrutar de la estimulación sensorial.