La motricidad fina es la habilidad de coordinar movimientos ejecutados por grupos musculares pequeños con precisión. Concretamente de las palmas de las manos, los ojos, dedos y músculos que rodean la boca. Es la coordinación entre lo que el ojo ve y las manos tocan. Requiere un mayor desarrollo muscular y maduración del sistema nervioso central. La motricidad fina es importante para experimentar con el entorno. A través de la destreza manual los niños serán capaces de coger el lápiz y realizar trazos en el papel, y también abotonarse o desabrocharse la camisa.
Se empieza a desarrollar aproximadamente desde los 6 meses, que es el momento en que los pequeños empiezan a coger objetos, hasta los 6 años cuando ya son capaces de hacer movimientos pequeños y precisos con las manos.
Destacamos juguetes que impliquen manipular piezas y que ayuden a mover las manos y los dedos cada vez de forma más controlada: juguetes de construcción apilables, juegos de ensartar piezas, vestir y desvestir muñecas, moldear plastilina, hacer collages...