

Pippi Calzaslargas nació en 1945 de la mano de la escritora sueca Astrid Lindgreen. Ella fue el ejemplo de independencia y soberanía. Ella se encargó de pulverizar el machismo.
Esta niña surgió en un período convulso de la histxñ+oria. Las hazañas de la benjamina llegaron al mundo topándose con las mentes más retrógradas de la época: el libro fue censurado en varios países, incluído España, por considerar a la pequeña demasiado impertinente, “antipedagógica”. No fue hasta 1975 que Pippi consiguió abrirse paso entre millones de hogares por todo el mundo.
Desde entonces, no ha dejado de captar adeptos a su filosofía. No es de extrañar, era una niña independiente, perpicaz y siempre de buen humor. Y feminista de pies a cabeza. En aquel momento el mundo se rindió ante esta superwoman de metro y medio, y hoy sigue prendido de ella, porque sus valores están vigentes ahora más que nunca. En una sociedad que creció teniendo como ídolas a princesas de cuentos, se coló Pippi Calzaslargas. Una niña con su propio nombre y apellidos.
Esta ilustración, en acuarela y tinta a pluma está impresa en tamaño A4.
Serie limitada de 50 unidades por modelo, numerada a mano.